Samuel Garzón ilusionado con su regreso al fútbol profesional tras lesión Dios dirá cuándo
A poco más de un mes de sufrir una grave lesión en el campo de juego, Samuel Garzón, delantero de Blooming, exhibe una notable fortaleza mental. Lejos de la desesperación, el futbolista se muestra sereno y optimista, confiando plenamente en un pronto retorno a las canchas, un desenlace que, según sus propias palabras, deja en manos de la providencia.
El fatídico episodio tuvo lugar la noche del 26 de junio en Montero. Durante un encuentro, una entrada de Rafael Corrales, jugador de Wilstermann, resultó en consecuencias devastadoras para Garzón: la rotura de los ligamentos cruzados de su rodilla izquierda y una fractura en la nariz. El impacto fue tan severo que el atacante tuvo que abandonar el terreno en camilla. A pesar de la magnitud del daño, Garzón relata que supo de inmediato la gravedad de la lesión, dada su profunda conexión con su propio cuerpo. Tras el golpe, sintió su rodilla adormecida y la inflamación fue casi instantánea. Su primera reacción, ya fuera del campo, fue comunicarse con su madre para tranquilizarla, a pesar de la preocupación que la embargaba.
Actualmente, el proceso de recuperación avanza positivamente, y Garzón se siente excelente. Su perspectiva es de profunda gratitud, incluso por la adversidad, convencido de que este revés forma parte de un plan mayor. La cirugía, dirigida por el doctor Espinosa, a quien expresa su profundo agradecimiento, fue un paso crucial. Aunque el tiempo estimado para su regreso a los entrenamientos oscila entre seis y siete meses, y para volver a la competición entre nueve y diez, el jugador afronta la espera con una paciencia inquebrantable, atribuida a su fe. Se sueña en el campo cada día, pero su retorno se dará cuando Dios decida.
En cuanto a la jugada que lo dejó fuera, Garzón describe una acción rápida en la que superó a dos rivales y se disponía a definir, momento en que sintió el impacto sin haber visto venir a Corrales. Afortunadamente, no estaba apoyado firmemente, lo que pudo haber evitado una lesión aún más grave, como la fractura de tibia. Posteriormente, Corrales se puso en contacto con él a través de redes sociales para disculparse, un gesto que Garzón aceptó, ofreciendo palabras de aliento y aconsejándole que tomara el incidente como un aprendizaje en su incipiente carrera. La decisión arbitral en aquel momento, que declaró la jugada como balón, sigue siendo un punto de controversia para el delantero, quien asegura que el contacto inicial fue sobre él antes que sobre el esférico.
El apoyo de sus compañeros de equipo ha sido fundamental en este periodo. Garzón destaca la excelente relación con el plantel, que le ha hecho llegar constantes mensajes de aliento, incluso mostrando su camiseta en un partido, un gesto que valora profundamente y que evidencia la solidez del grupo.
Antes de la lesión, Garzón atravesaba un momento cúspide en su carrera, con la plena confianza del cuerpo técnico y sus compañeros, habiendo marcado un doblete en el partido donde se lesionó. Sus aspiraciones profesionales son claras: anhela llegar a la selección nacional y cree firmemente en la posibilidad de alcanzar el Mundial de 2026, si se trabaja con fe. Aunque reconoce que hubo contactos no concretos con clubes de La Paz debido a su contrato con Blooming, su enfoque sigue siendo el gol. Se considera más un goleador que un asistidor y reflexiona sobre la presencia de extranjeros en la liga, reconociendo que, si bien es parte del fútbol, a veces limita las oportunidades para el talento local en ciertas posiciones. Su gol más memorable fue el primero en la Liga Profesional, contra The Strongest en 2021.
Sobre su vida personal, Garzón irradia felicidad. Su mayor dicha reside en hacer feliz a su familia, quienes fueron su principal motivación para dedicarse al fútbol profesional. Aunque no experimentó grandes dificultades en su niñez, su llegada a los entrenamientos de Blooming no se dio hasta los 15 años. Se considera un privilegiado, dotado de una personalidad que le permite ver lo positivo en cada situación, incluso en los momentos adversos, lo cual le ayuda a crecer como persona. Su fe cristiana, inculcada desde la infancia en un hogar con abuela y tíos pastores, es el pilar de su optimismo, recordándole la importancia de la gratitud en todo momento.
Finalmente, el delantero tiene un mensaje de profundo agradecimiento para la hinchada de Blooming, que le ha demostrado un inmenso cariño durante su proceso de recuperación, así como a la institución que le abrió las puertas al fútbol profesional. Sus objetivos para el club son ambiciosos: salir campeones y nada más. También subraya la importancia de la estabilidad económica para los jugadores, especialmente aquellos con familia, pues brinda la tranquilidad necesaria para el desempeño deportivo
