La lucha por la tierra en Puerto Casado: conflictos y esperanza

La historia de un pequeño pueblo en Paraguay marcado por disputas por la propiedad de la tierra y la promesa de un futuro más seguro.
Puerto Casado, un pueblo del norte de Paraguay, ha sido escenario de conflictos por la distribución de tierras desde la venta del municipio a la secta Moon en 2000. A pesar de los desafíos, los habitantes muestran determinación en su lucha por la seguridad de la tierra que consideran su hogar.
El periodista Alcides Manena, de 43 años, relata la historia de Puerto Casado, un pequeño pueblo del norte de Paraguay que ha sido escenario de conflictos por la distribución de tierras. En 2005, los habitantes de la localidad protagonizaron una Gran Marcha de 630 kilómetros hasta Asunción en protesta por la venta del municipio a la secta Moon en el año 2000. Esta organización religiosa, de origen surcoreano, adquirió miles de hectáreas de terreno, incluyendo Puerto Casado, generando tensiones con los pobladores locales.
El fundador de Puerto Casado, el empresario argentino Carlos Casado de Alisal, estableció el pueblo en el Chaco paraguayo como un enclave para la extracción de tanino. Sin embargo, con el declive de esta industria, la empresa cesó sus operaciones en 2000 y vendió las tierras, desencadenando disputas legales y sociales en la zona. Los habitantes, que carecen de títulos de propiedad, han luchado durante décadas por la regularización de la tenencia de la tierra.
A pesar de algunos avances, como la aprobación de la expropiación de 52,000 hectáreas en 2005, los problemas persisten. La Corte Suprema de Paraguay declaró inconstitucional dicha ley, provocando un nuevo ciclo de negociaciones y desacuerdos. Tras la muerte del líder de la secta Moon en 2012 y la división de sus bienes, la situación se complicó aún más, dejando a los casadeños en incertidumbre sobre la propiedad de sus hogares.
Recientemente, la empresa Atenil, vinculada a la familia del líder religioso, ha prometido la entrega de títulos de propiedad a los habitantes de Puerto Casado. Sin embargo, la falta de claridad sobre la legalidad de esta donación ha sembrado dudas entre los residentes, que esperan una solución definitiva a esta larga disputa. A pesar de los desafíos, los casadeños muestran determinación y perseverancia en su lucha por la seguridad de la tierra que consideran su hogar.
A pesar de los avances y promesas de solución, la situación en Puerto Casado sigue siendo incierta, con los residentes en espera de una resolución definitiva a esta larga disputa por la propiedad de sus hogares.