La inusual estrategia diplomática de Mike Hammer en Cuba desata tensiones con el gobierno cubano
El jefe de la misión estadounidense en La Habana desafía las normas establecidas al acercarse a la oposición y la población cubana, generando controversia y debate.
En medio de crecientes tensiones, las acciones del diplomático Mike Hammer en Cuba han sacudido el escenario político local e internacional. Su inusual estrategia de acercamiento a la oposición y la población cubana ha generado reacciones encontradas y planteado interrogantes sobre el futuro de las relaciones entre ambos países.
Las relaciones entre Estados Unidos y Cuba han experimentado una tensión creciente en los últimos meses a raíz de las actividades del jefe de la misión estadounidense en La Habana, Mike Hammer. A pesar de la constante vigilancia de las autoridades cubanas, Hammer ha llevado a cabo visitas a opositores, se ha mostrado accesible a la población local y ha mantenido una presencia activa en las redes sociales.
El gobierno cubano, encabezado por Miguel Díaz-Canel, ha acusado a Hammer de “injerencia” y ha emitido advertencias sobre los límites de su paciencia. Desde su llegada a La Habana en noviembre de 2024, el diplomático ha establecido conexiones tanto con la disidencia política en Cuba como con ciudadanos comunes, destacando un enfoque poco común en las relaciones entre ambos países.
La estrategia de Hammer incluye recorrer el país, celebrar reuniones públicas con reconocidos opositores y compartir abiertamente estos encuentros en las redes sociales oficiales de la embajada de EE.UU. en Cuba. Este despliegue, considerado sin precedentes para un funcionario extranjero en la isla, ha generado una fuerte reacción por parte del gobierno cubano, acusando a Hammer de fomentar la subversión y violar el principio de no intervención establecido en la Convención de Viena.
A pesar de las críticas, Hammer ha continuado con sus recorridos y ha alentado a los cubanos a entablar conversaciones tanto en persona como por correo electrónico. Sus visitas incluyen encuentros con prominentes figuras de la oposición, como Nelva Ortega, esposa del encarcelado José Daniel Ferrer, Marta Beatriz Roque, Juan Alberto de la Nuez y el sacerdote católico José Conrado, entre otros.
Además de sus acciones políticas, Hammer ha buscado conectar con la población cubana en general, participando en actividades cotidianas como conversar con vecinos y jugar al dominó con adolescentes, estableciendo así un contacto más cercano y personal. El uso activo de las redes sociales ha sido una herramienta clave en su labor diplomática, invitando a los cubanos a compartir sus ideas y experiencias.
La campaña de acercamiento de Hammer ha desatado una reacción por parte del gobierno cubano, que ha denunciado su conducta injerencista y ha cuestionado sus actividades en la isla. A pesar de las críticas y la vigilancia constante, las autoridades cubanas parecen no tener intenciones de expulsar a Hammer, reconociendo las implicaciones políticas y diplomáticas que podrían surgir de tal decisión.
En un contexto donde las interacciones entre ciudadanos cubanos y diplomáticos estadounidenses han sido históricamente desalentadas, la presencia activa y visible de Hammer en la isla representa un desafío a las normas establecidas. Su labor ha generado controversia y debate en Cuba, destacando la complejidad de las relaciones bilaterales entre ambos países y las implicaciones de sus acciones en el escenario político local y internacional.
La presencia activa y visible de Mike Hammer en Cuba representa un desafío a las normas establecidas en las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y la isla. Su labor diplomática ha evidenciado la complejidad de los vínculos entre ambos países y las implicaciones de sus acciones en el escenario político local e internacional.
