Escasez de combustible amenaza siembra de alimentos en Tarija

Con la proximidad del mes de agosto, la región central de Tarija se prepara para una de sus fases agrícolas más cruciales: la siembra de cultivos esenciales como papa, cebolla, maíz y tomate, productos que sustentan a miles de familias en el sur del país. Sin embargo, la expectativa de una campaña productiva se ve ensombrecida por una creciente preocupación: la limitada disponibilidad de combustibles, un factor que podría comprometer seriamente el inicio y desarrollo de las labores en el campo.
La carencia de diésel y gasolina en el valle central genera una profunda inquietud entre los productores, quienes advierten que esta situación no solo podría postergar el inicio de la campaña agrícola, sino también desencadenar un incremento en el costo de los alimentos y, en el peor de los escenarios, un desabastecimiento en los mercados locales y regionales.
Desde el sector productivo rural se ha manifestado que la situación actual resulta insostenible. A pesar de los esfuerzos por coordinar el suministro con la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), la dotación actual se considera notoriamente insuficiente. Se ha reportado que, si bien se efectúan entregas directas al sector campesino cada martes, con volúmenes de 30 litros de diésel y 20 de gasolina para un grupo de setenta productores en el área rural de Cercado, esta cantidad apenas representa una fracción de lo requerido. Un solo tractor, por ejemplo, puede consumir hasta 130 litros al día, lo que evidencia la magnitud del déficit. Adicionalmente, las normativas que restringen la carga diaria a 20 litros y limitan la venta en bidones han exacerbado las dificultades, forzando a los agricultores a invertir jornadas enteras en interminables filas para acceder al carburante.
Frente a este panorama, los productores han elevado una solicitud formal a la ANH para que la distribución de combustibles se amplíe a, al menos, dos jornadas por semana, y que se incremente sustancialmente el volumen por entrega. El objetivo primordial es asegurar la continuidad de la siembra de productos esenciales para la canasta familiar. Si bien reconocen que la problemática de la escasez de combustibles es de índole nacional, los representantes del ámbito rural insisten en la necesidad de un tratamiento diferenciado para el sector productivo, especialmente durante esta crítica etapa de siembra.
La preocupación por esta situación ha trascendido al ámbito político local. El presidente del Concejo Municipal de Tarija ha anunciado la convocatoria a una audiencia pública con la Agencia Nacional de Hidrocarburos para este jueves, con el propósito de exigir un compromiso explícito por parte del Gobierno nacional para garantizar el abastecimiento de combustibles al sector productivo. Se ha destacado que en la capital departamental, únicamente una estación de servicio ha sido habilitada para que los agricultores puedan cargar en bidones, una medida que no logra satisfacer la demanda existente y que, consecuentemente, pone en riesgo la seguridad alimentaria en el valle central. Se ha enfatizado que la interrupción de la producción básica no solo impactaría negativamente a las familias más vulnerables, elevando los precios de los alimentos, sino que también afectaría el suministro a otras regiones del país, dado el rol de Tarija como proveedor. Se ha hecho un llamado a la solidaridad gubernamental para buscar soluciones conjuntas que alivien las dificultades que enfrenta la población.
La problemática se extiende a municipios vecinos como Uriondo, una zona vital para la producción vitivinícola y hortícola. En esta localidad, los productores se ven obligados a desplazarse hasta la capital para adquirir diésel, lo que implica una considerable pérdida de tiempo y recursos económicos. Representantes del sector han detallado que una jornada entera de esfuerzo puede rendir apenas 30 litros de combustible, una cantidad que resulta insuficiente incluso para un par de horas de trabajo con maquinaria agrícola. Esta severa limitación ha llevado a algunos agricultores a retomar prácticas ancestrales, como el uso de la yunta de bueyes, para poder labrar la tierra. Desde hace tiempo, el sector vitivinícola ha insistido en la necesidad de construir una estación de servicio en Uriondo, una demanda que ahora se refuerza con la urgencia de facilitar el acceso al combustible para la actividad agrícola.
La inquietud por la escasez de carburantes no es exclusiva del valle central; la Región Autónoma del Chaco también manifiesta su preocupación. Aunque la actividad agrícola en esta zona se intensificará a partir del próximo mes, el impacto ya se siente en el sector pecuario, que en la temporada seca depende de la movilización de cisternas y camiones para el transporte de agua y forraje. Líderes del sector campesino en la región han indicado que el presente año ha sido particularmente desafiante para la producción, atribuyendo gran parte de las dificultades a la persistente carencia de combustibles, una situación que, según ellos, el Gobierno nacional no ha logrado resolver eficazmente, sumándose a los efectos adversos de los factores climáticos