Disputa entre Harvard y la Casa Blanca por revocación de certificación en programa de intercambio de estudiantes.

El conflicto entre la Universidad de Harvard y el gobierno de Donald Trump genera tensiones en el ámbito académico y político en Estados Unidos.
La revocación de la certificación de Harvard en el Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio por parte del gobierno de Trump ha desencadenado una intensa disputa entre ambas partes, con acusaciones de ilegalidad y violación de la ley.
El gobierno de Donald Trump ha tomado medidas en contra de la Universidad de Harvard, una de las instituciones académicas más prestigiosas de Estados Unidos, revocando su certificación en el Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio. Esta decisión ha desencadenado una disputa entre la Casa Blanca y la universidad, que ha sido tildada de “ilegal” por Harvard en un comunicado oficial.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ha justificado la revocación de la certificación de Harvard debido a su supuesto incumplimiento de la ley. Harvard, por su parte, ha expresado su compromiso en acoger a estudiantes y académicos internacionales de más de 140 países, enriqueciendo así tanto la universidad como la nación.
Ante esta situación, Harvard ha presentado una demanda contra la medida del gobierno de Trump, argumentando que se trata de una violación descarada de la ley. Una jueza ha emitido una orden de restricción temporal que bloquea el plan de la Casa Blanca, el cual afectaría a miles de estudiantes internacionales matriculados en la universidad.
La Casa Blanca ha exigido a Harvard realizar cambios en sus prácticas de contratación, admisión y enseñanza para combatir el antisemitismo en el campus, lo que la universidad ha contestado afirmando que ya ha implementado medidas al respecto. El gobierno ha amenazado con revocar la exención de impuestos de la que se beneficia la institución y ha congelado subvenciones gubernamentales.
La administración Trump ha buscado reducir drásticamente las visas para estudiantes internacionales, generando caos en los campus universitarios y desencadenando una serie de demandas. Harvard, con un fondo patrimonial de US$53.000 millones, ha resistido las presiones políticas y económicas gracias a su posición financiera sólida.
El pulso entre Harvard y el gobierno de Trump se ha intensificado con la investigación del Departamento de Seguridad Nacional sobre supuesto antisemitismo en la universidad. Harvard ha expresado preocupación sobre la petición de información del gobierno, temiendo compartir datos personales más allá de lo permitido por la ley.
En medio de esta controversia, Harvard ha reafirmado su compromiso con sus estudiantes internacionales y su misión académica y de investigación. La institución ha destacado su diversidad y contribución a la educación global, mientras que la Casa Blanca ha mantenido su postura ante las exigencias impuestas a la universidad.
La confrontación entre Harvard y la Casa Blanca refleja el choque de intereses entre la excelencia académica y las políticas gubernamentales, generando incertidumbre en el futuro de la educación internacional en Estados Unidos.